Instalación in situ.
Cerámica, terracota, esmaltes y engobes, plástico y barros salvajes variados.
80 cm alto x 60 cm profundo x 90 cm alto.
Caracas 2021 - 2025
Esta instalación in situ funciona como un archivo escultórico y cierre conceptual del proyecto FITOFORMAS (2021), una investigación sobre la vegetación y la relación entre los fenómenos que componen y determinan el carácter de un paisaje delimitado. He reunido un conjunto de piezas sobrantes de ese proceso curatorial, piezas que originalmente eran visiones íntimas de mi paisaje más próximo, estudios individuales de formas vegetales, ahora reorganizadas en un montaje que evoca tanto un laboratorio arqueológico como un ecosistema fósil, revelando una nueva narrativa, una nueva memoria materializada.
Las esculturas se disponen sobre una estructura de dos niveles, sostenidas sobre pisos de terracota. La terracota, material orgánico y mutable, opera como hilo conductor: su tonalidad terrosa remite fisiológicamente al suelo de Karimao, mientras la rigidez obtenida después del fuego nos habla sobre lo perdurable: aquello que, aunque se fractura perdura. El conjunto trasciende su origen fragmentario para convertirse en un paisaje sintético. Cada pieza, en su intimidad formal, dialoga con las demás: raíces retorcidas se contraponen a esferas, creando tensiones entre lo natural y lo abstracto. La disposición caótica pero deliberada invita a recorrer la mesa como un territorio a descifrar, donde la vegetación se codifica en gestos escultóricos.